Si me cansé de cansarme no fue por otario, ni fue por corsario, ni fue por amargo, ni bueno, ni fiel... Fue por ver: que todos la hacen, que todos la toman, la venden, la roban y después se morfan sin asco; la mejor miel... Si me canse de esperar, fue porque el tiempo no curó ni una herida, si me cansé de olvidar, fue porque el olvido es la 'pastilla suicida', si me cansé de perdonar, fue porque cuando duele nunca, nunca, nunca se olvida... Si me cansé de mentir, fue porque la verdad lastima solo al principio, si me cansé de dormir, fue porque al 'sueño' no lo sueño dormido, si me cansé de asistir, fue porque asistiendo o no asistiendo siempre empezaron sin mí, sin mi... Si me cansé de obedecer, de ser correcto... Me corresponde ser obediente a mi parecer y hoy me doy cuenta que padeciendo también me canso, siempre que no pertenezca voy a pertenecer... Si me cansé de ceder, fue porque cediendo te vas muriendo en vida, si me cansé de llorar, fue porque en las lágrimas no encontré salida, si me cansé de siempre correr, fue porque muchas cosas las perdí por correr noche y día... Si me cansé de mirar, fue porque mirando ví una vez a la muerte, si me cansé de perder, fue porque una vez me desangre por perderte... Si me cansé del culo cerrar fue por el hambre, el miedo a la guerra y a la fría soledad...
¿Te has preguntado por el origen de ese dolor que atraviesa tu alma como una perdigonada cada vez que te asomas al abismo? ¿Ese mareo, ese resbalon hacia la nada cada vez que la negrura te hipnotiza? ¿No sientes que todos los besos esconden ese miedo a lo que no hay? ¿Y que todas las promesas y melodias solo espantan el presentimiento de estar cayendo al vacio? Es porque el abismo y tu alma estan construidos con la misma sustancia, ese agujero insondable que es el cosmos sacia su sed con tus labios. Eres la sombra de una pregunta que no tiene respuesta, tus disfraz de ser oculta tu negror. Eres un escorpion oculto en el vientre oscuro del infinito preparando su veneno para una unica ensartada. Eres la flecha de luz que busca clavarse en si misma. Asi estamos, huyendo por el cosmos de nosotros mismos, queriendo saber lo que no queremos saber. Y el abismo, que tampoco comprende, nos busca en cada momento para exclamarnos su secreto: "Infinita es la ausencia y eterna la soledad"
~ Don Lunfardo y el Señor Otario ~
No hay comentarios:
Publicar un comentario