Hoy asume lo que venga sea para bien, o todo mal y aunque pierda lo que tenga, se va a morder para aguantar... Hoy, que claro ve las cosas, que ayer no vio, ni va a exigir, sobre su pena se posa: quiere entender para seguir... Llega la batalla y contra el estalla; algun dia va a escampar. Y, como sale de esta, quiere la respuesta, sabe que no es escapar... Hoy ¡que raro que lo miran! se pone en pie y quiere hablar, y a su boca se le olvida lo que una vez quiso explicar... Su paciencia va a montar, todo un circo para verlo desfilar, al dolor que supo ser, y al que ahora ya no quiere ver volver. Hoy se siente satisfecho, aunque aquel rol no exista mas: para vida con su pecho y su cancion vuelve a sonar... Hoy resibe los aplausos: supo ser sal y tambien, miel, y conecta con sus pasos, que resbalar no cae bien... Termino su guerra, los pies en la tierra
y su mano a un corazon: su pensar tranquilo, su pena, un olvido y su alma, una pasion... Hoy asume lo que venga
sea para bien, o todo mal, y aunque pierda lo que tenga,
se va a morder para aguantar... Su paciencia va a montar
todo un circo para verlo desfilar, al dolor que supo ser,
y al que ahora ya no quiere ver volver... Se refugia en un farol
y entre dos flores que siempre apuntan al sol, asi cruza su pared,
me sonrie y rompe con su propia red...
¿Te has preguntado por el origen de ese dolor que atraviesa tu alma como una perdigonada cada vez que te asomas al abismo? ¿Ese mareo, ese resbalon hacia la nada cada vez que la negrura te hipnotiza? ¿No sientes que todos los besos esconden ese miedo a lo que no hay? ¿Y que todas las promesas y melodias solo espantan el presentimiento de estar cayendo al vacio? Es porque el abismo y tu alma estan construidos con la misma sustancia, ese agujero insondable que es el cosmos sacia su sed con tus labios. Eres la sombra de una pregunta que no tiene respuesta, tus disfraz de ser oculta tu negror. Eres un escorpion oculto en el vientre oscuro del infinito preparando su veneno para una unica ensartada. Eres la flecha de luz que busca clavarse en si misma. Asi estamos, huyendo por el cosmos de nosotros mismos, queriendo saber lo que no queremos saber. Y el abismo, que tampoco comprende, nos busca en cada momento para exclamarnos su secreto: "Infinita es la ausencia y eterna la soledad"
~ Don Lunfardo y el Señor Otario ~
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