viernes, 22 de enero de 2010


Ni san, ni sa, ni brisa ya corren mi nube de algodón. Ni los, ni nos, ni vos ni yo debemos cargar esta cruz. Comprender, aceptar. Hicimos nuestro camino al caminar, y hoy decidimos frenar acá, no vamos al mismo lugar... Traté de hacer a mi bien tu bien, y ves bien que me salio mal. No acostumbro a fracasar. Dijiste hasta acá ya fue me voy, mi vida no está junto a vos. Ya me canse que te de igual si soy feliz o no lo soy. Comprender, aceptar. Parecía tan fácil como sumar tu amor y mi lealtad, mi ternura y tu amistad. A veces Marte y Venus se llevan mal. No es cuestión de maldad. Es duro aprender a amar. Y acá estoy despidiéndome, mascando tu rencor, lo sé. No me quedo más que aceptar, soy tan culpable como vos. Yo también deje de regar la flor de la superación. Comprender, aceptar. Prometiste cuidarme sin importar y hoy ya no importa mi bienestar, lo importante es tu ansiedad. Regió mi vida al azar una vez ¿sabés? No me gusta apostar, siempre me tocó pagar... Yo me propuse superar tu ausencia a pesar del dolor. Vos preferís no analizar, seguís en busca del amor. Comprender, aceptar. Por más gotas de sal que le robe al mar, por más flores que un rosal. Hoy nos toca despegar. Por más gritos de paz, por más soledad, que hoy castigue mi voluntad. Por los dos ya no va más. Y acá estoy despidiéndome. Mascando tu rencor, lo sé. Estoy confiando que el tiempo nos dirá qué hacer. Y acá estoy despidiéndome mascando tu rencor, lo se. Estoy confiando que el tiempo nos dirá que así estuvo bien.

No hay comentarios:

¿Te has preguntado por el origen de ese dolor que atraviesa tu alma como una perdigonada cada vez que te asomas al abismo? ¿Ese mareo, ese resbalon hacia la nada cada vez que la negrura te hipnotiza? ¿No sientes que todos los besos esconden ese miedo a lo que no hay? ¿Y que todas las promesas y melodias solo espantan el presentimiento de estar cayendo al vacio? Es porque el abismo y tu alma estan construidos con la misma sustancia, ese agujero insondable que es el cosmos sacia su sed con tus labios. Eres la sombra de una pregunta que no tiene respuesta, tus disfraz de ser oculta tu negror. Eres un escorpion oculto en el vientre oscuro del infinito preparando su veneno para una unica ensartada. Eres la flecha de luz que busca clavarse en si misma. Asi estamos, huyendo por el cosmos de nosotros mismos, queriendo saber lo que no queremos saber. Y el abismo, que tampoco comprende, nos busca en cada momento para exclamarnos su secreto: "Infinita es la ausencia y eterna la soledad"

~ Don Lunfardo y el Señor Otario ~