martes, 21 de julio de 2009

Me sorprendí administrando una oficina, buscándome una casa con piscina... Y me olvidé de las pequeñas cosas, como verte atravesar el umbral de la cocina, dibujando siluetas con tu delantal, como ese arroz pastoso y desabrido que cocinaste para mamá... Me sorprendí sumando ceros a una cuenta, victima del impuesto sobre la renta y me olvidé de las pequeñas cosas, como verte en al supermercado, reñida con la inflación, como la nota que dejaste en mi camisa pintada con un corazón... Me olvidé de las pequeñas cosas que te agrandan la vida... Por querer alcanzar la cima uno se hace financiero, la mujer se queda en casa, uno a buscar el dinero... Por andar por las nubes uno se olvida del suelo y de saber que tu propia casa es la sucursal del cielo... Hoy me fijo un poco más en tu mirada, en las huellas que dejan tus pies descalzos, en el gesto que pones cuando te enojas, en tus altercados con la balanza cuando trae malas noticias y me hacen mas grandes tus detalles que una cuenta de ahorros... Me acordé de las pequeñas cosas y es mas grande vivirlas... Por querer alcanzar la cima uno se hace financiero, la mujer se queda en casa, uno a buscar el dinero, por andar por las nubes uno se olvida del suelo y de saber que tu propia casa es la sucursal del cielo...

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¿Te has preguntado por el origen de ese dolor que atraviesa tu alma como una perdigonada cada vez que te asomas al abismo? ¿Ese mareo, ese resbalon hacia la nada cada vez que la negrura te hipnotiza? ¿No sientes que todos los besos esconden ese miedo a lo que no hay? ¿Y que todas las promesas y melodias solo espantan el presentimiento de estar cayendo al vacio? Es porque el abismo y tu alma estan construidos con la misma sustancia, ese agujero insondable que es el cosmos sacia su sed con tus labios. Eres la sombra de una pregunta que no tiene respuesta, tus disfraz de ser oculta tu negror. Eres un escorpion oculto en el vientre oscuro del infinito preparando su veneno para una unica ensartada. Eres la flecha de luz que busca clavarse en si misma. Asi estamos, huyendo por el cosmos de nosotros mismos, queriendo saber lo que no queremos saber. Y el abismo, que tampoco comprende, nos busca en cada momento para exclamarnos su secreto: "Infinita es la ausencia y eterna la soledad"

~ Don Lunfardo y el Señor Otario ~