sábado, 28 de marzo de 2009

Te juro que no te aguanto más, no te quiero ya ni como amante... Esta vez no ganarás, te puedes marchar y no vuelvas... Y si acaso piensas que esta vez voy a perdonar, ya verás que nunca más me vuelves a engañar, ya lárgate… ¿Qué sabes tú de mí? No me hagas reír... Tú creías que eras imprescindible, pero sin tu amor no voy a morirme... ¿Qué sabes tú de mí? no me hagas reír, me verás con otro hombre a mi lado, ya lo ves traidor voy a sustituirte, a olvidar tu amor… Ya me curé del dolor, ya te saqué de mi corazón, vete con ella, solos los dos, pobre de ti, lárgate me das asco... Tú eras mi luz, pero hay amores que matan de daño, me cansé de ti, ya no soy aquella infeliz... Y si acaso piensas que esta vez voy a perdonar, ya verás que nunca más me vuelves a engañar, ya lárgate… ¿Qué sabes tú de mí? no me hagas reír, tú creías que eras imprescindible pero sin tu amor no voy a morirme... ¿Qué sabes tú de mí? no me hagas reír, me verás con otro hombre a mi lado, ya lo ves traidor voy a sustituirte, voy a olvidar tu amor... Ya no soy nada para ti, alguien que no conoces, lo nuestro se acabó... Tanto daño al fin lo destruyó, nunca lloraré por ti, porque ya me cansé de ti, no eres más imprescindible...

No hay comentarios:

¿Te has preguntado por el origen de ese dolor que atraviesa tu alma como una perdigonada cada vez que te asomas al abismo? ¿Ese mareo, ese resbalon hacia la nada cada vez que la negrura te hipnotiza? ¿No sientes que todos los besos esconden ese miedo a lo que no hay? ¿Y que todas las promesas y melodias solo espantan el presentimiento de estar cayendo al vacio? Es porque el abismo y tu alma estan construidos con la misma sustancia, ese agujero insondable que es el cosmos sacia su sed con tus labios. Eres la sombra de una pregunta que no tiene respuesta, tus disfraz de ser oculta tu negror. Eres un escorpion oculto en el vientre oscuro del infinito preparando su veneno para una unica ensartada. Eres la flecha de luz que busca clavarse en si misma. Asi estamos, huyendo por el cosmos de nosotros mismos, queriendo saber lo que no queremos saber. Y el abismo, que tampoco comprende, nos busca en cada momento para exclamarnos su secreto: "Infinita es la ausencia y eterna la soledad"

~ Don Lunfardo y el Señor Otario ~