domingo, 21 de diciembre de 2008


Todas las noches lo veo pasar como una estrella fugaz... Todas las cosas que el me dio, no fueron más que un adiós... Dile que lo quiero y tengo además: Cama, porro, vino y paz... Viento sureño hazme un favor, regálale esta canción... ¿Cuanto tiempo más tendremos que esperar mi chico de ojos tristes?... Solo te pido una oportunidad, mi chico de ojos tristes... Conseguí empleo en una estación, hoy gano cien pesos más... Tengo un regalo y es para ti, de la feria de Wilde... Espero que te guste y sepas que yo te lo entrego junto a mi corazón...

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¿Te has preguntado por el origen de ese dolor que atraviesa tu alma como una perdigonada cada vez que te asomas al abismo? ¿Ese mareo, ese resbalon hacia la nada cada vez que la negrura te hipnotiza? ¿No sientes que todos los besos esconden ese miedo a lo que no hay? ¿Y que todas las promesas y melodias solo espantan el presentimiento de estar cayendo al vacio? Es porque el abismo y tu alma estan construidos con la misma sustancia, ese agujero insondable que es el cosmos sacia su sed con tus labios. Eres la sombra de una pregunta que no tiene respuesta, tus disfraz de ser oculta tu negror. Eres un escorpion oculto en el vientre oscuro del infinito preparando su veneno para una unica ensartada. Eres la flecha de luz que busca clavarse en si misma. Asi estamos, huyendo por el cosmos de nosotros mismos, queriendo saber lo que no queremos saber. Y el abismo, que tampoco comprende, nos busca en cada momento para exclamarnos su secreto: "Infinita es la ausencia y eterna la soledad"

~ Don Lunfardo y el Señor Otario ~