martes, 28 de octubre de 2008

Ella es una flor, un antídoto, un avión, una cazuela de sueños, un disparo de color, una luz que hasta que aplasta el sol convida su aroma...
Que no, que no, que no me quieras rescatar, no me tires a matar...
Si los dos somos keruzas dejala de caretear... Que así tu cabeza estará más tranquila...
Sembré mi semilla en tu cuerpo, locura te hará brotar...
Se quema en tus labios de piedra y nos vamo' a incendiar...
Si le exigiera al corazón, desenredarme de este amor, mi cuerpo en vida permanecerá dormido...
Es que sin vos no hay fiesta en el salón, sin vos no hay murga en el balcón, sin vos no hay vino que me endulce los latidos...
Ni hay secas que me secan la tristeza de esta tierra, Ck que te seca la sangre del planeta, seca que te Ck el veneno de tus piernas...
Seca, Ck, seca, seca, Ck...
Ya se escuchan los disparos, son gritos de los poetas que dio el asfalto...
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¿Te has preguntado por el origen de ese dolor que atraviesa tu alma como una perdigonada cada vez que te asomas al abismo? ¿Ese mareo, ese resbalon hacia la nada cada vez que la negrura te hipnotiza? ¿No sientes que todos los besos esconden ese miedo a lo que no hay? ¿Y que todas las promesas y melodias solo espantan el presentimiento de estar cayendo al vacio? Es porque el abismo y tu alma estan construidos con la misma sustancia, ese agujero insondable que es el cosmos sacia su sed con tus labios. Eres la sombra de una pregunta que no tiene respuesta, tus disfraz de ser oculta tu negror. Eres un escorpion oculto en el vientre oscuro del infinito preparando su veneno para una unica ensartada. Eres la flecha de luz que busca clavarse en si misma. Asi estamos, huyendo por el cosmos de nosotros mismos, queriendo saber lo que no queremos saber. Y el abismo, que tampoco comprende, nos busca en cada momento para exclamarnos su secreto: "Infinita es la ausencia y eterna la soledad"

~ Don Lunfardo y el Señor Otario ~